El acusador no coopera con la fiscalía
Los casos de violencia doméstica a menudo son desestimados cuando la presunta víctima deja de cooperar con la fiscalía. Si la presunta víctima se niega a someterse a una entrevista como testigo o a comparecer en el juicio, esto a veces puede hacer que el fiscal desestime el caso. A menudo significa que el fiscal no tiene suficientes pruebas para desarrollar un caso sólido contra el acusado.
Informe o arresto equivocado
Hay algunos casos en los que un tercero cree que presenció algo que constituye un delito de violencia doméstica, pero se equivoca. Los testigos de terceros pueden tener mucho peso porque no conocen a la pareja y “no tienen motivos para mentir”. Sin embargo, esos testigos pueden estar equivocados o pueden presenciar un evento que pensaron que era considerado violencia doméstica pero que no lo era.
El acusador ha hecho acusaciones falsas previamente
Ha habido muchos casos en los que la presunta víctima tiene un historial de hacer acusaciones que no están respaldadas por pruebas o que luego son refutadas. Cuando esto sucede, a menudo se retiran los cargos de violencia doméstica. Los casos comunes incluyen a padres separados acusando al otro de violencia doméstica para ayudarles a ganar la custodia exclusiva.
Nada que corrobore el relato del acusador
Si la presunta víctima informó que fue agredida físicamente, debería haber fotografías, registros médicos u otra corroboración de la agresión. También es importante considerar si la llamada grabada al 911, que será parte de la evidencia, coincide con el relato de la presunta víctima. La ausencia de pruebas puede llevar al fiscal a desestimar el caso.